Elon Musk ha decidido dar un paso atrás en su papel dentro del gabinete del presidente estadounidense Donald Trump, luego de que Tesla reportara una fuerte caída del 71% en sus utilidades durante el primer trimestre del año. El multimillonario anunció que reducirá “significativamente” su tiempo como asesor clave del gobierno para volver a enfocarse en el crecimiento de su compañía automotriz.
Esta decisión llega en un momento crítico para Tesla, que registró sus ganancias trimestrales más bajas desde finales de 2020 y retiró su pronóstico de un repunte en las ventas de vehículos eléctricos para este año. La compañía enfrenta un entorno complicado, con advertencias sobre el impacto negativo de los aranceles estadounidenses en su cadena de suministro y un debilitamiento de su presencia en mercados clave.
Analistas y accionistas han presionado a Musk para que retome el control de la empresa, en medio de preocupaciones sobre el daño reputacional que ha sufrido Tesla por las posturas políticas de su CEO y su cercana relación con Trump. Además, su controvertido rol como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (conocido como DOGE, por sus siglas en inglés), también ha generado controversia y distracción mediática.
Con este cambio de rumbo, Musk busca reconectar con los intereses de sus inversionistas y reforzar el liderazgo de Tesla en un mercado cada vez más competitivo.