La escalada de precios en México ha dado un respiro a los bolsillos de los ciudadanos. Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación en el país se ubicó en 3.67% al finalizar la primera quincena de marzo de 2025.
Uno de los factores que más ha contribuido a esta desaceleración es la caída en el precio de los alimentos, en particular de frutas y verduras, que mostraron una contracción anual del 3.67%. En contraste, los productos pecuarios registraron un incremento del 8.93%, lo que llevó al componente agropecuario a una inflación anual de 4.22%.
En términos generales, tanto la inflación subyacente, que determina la trayectoria de los precios en el mediano y largo plazo, como la no subyacente, que incluye tarifas del gobierno y bienes con precios volátiles, mostraron una desaceleración. La inflación subyacente se ubicó en 3.56% anual, su nivel más bajo desde mayo de 2020, mientras que la no subyacente alcanzó 3.89%, su menor nivel desde enero de este año.
El dato sorprendió a los analistas financieros, ya que las expectativas del mercado, según la Encuesta de Banamex, apuntaban a una inflación mayor al 3.71%. Este resultado cobra especial relevancia en el contexto económico actual, ya que refuerza las expectativas de que el Banco de México reduzca su tasa de interés de referencia. De acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base, el banco central podría recortar su tasa en 25 puntos base esta semana, llevándola al 9%, con la posibilidad de cerrar el año en 8.5%.
Con estos indicadores, el panorama económico de México sugiere una moderación en la presión inflacionaria, lo que podría abrir la puerta a ajustes en la política monetaria para estimular el crecimiento.