El emblemático Callejón del Beso fue cerrado la noche del sábado pasado por un conflicto entre la propietaria del “Balcón de Ana” y fotógrafos que laboran en lo zona, lo que impidió a los turistas unieran sus labios en el histórico escenario.
La dueña del inmueble, Norma Luz Gámez, a través de una emisaria, acusó a los trabajadores de la lente de recurrir a agresiones verbales y creer que tienen exclusividad en ese espacio, mientras los fotógrafos aseguran que la quejosa, también propietaria de un local de artesanías, pretende desplazarlos porque su familia comenzó a tomar fotografías en febrero de 2022.
La mujer colocó un anuncio rojo en el acceso del callejón con la frase: “protesta a los abusos de fotógrafos…”, y dio a conocer que existen denuncias penales y quejas administrativas por acoso en contra de ellos.
La medida de bloquear el acceso al callejón fue en respuesta al “hartazgo por la injusticia e impunidad”, el presunto hostigamiento a los turistas de parte de los fotógrafos, y ante la inacción de autoridades a las que ha recurrido.
“La señora Norma Luz, quiere acaparar el turismo, ella es la del problema, los fotógrafos tienen permiso, cerca de 30 años en el callejón, es la fuente de ingresos de su familia, de eso comen”, comentó un guía de turistas.
Al mediodía de este lunes se quitó el anunció y reabrió el Callejón, luego de que personal de la Presidencia Municipal diálogo con las partes en conflicto.
El edil aclaró que la “Casa de Ana” y la “Casa de Elena Morado de Ana” son propiedad privada.
Explicó que “la dueña de la ‘Casa de Ana’” se sintió ofendida, agredida y molesta, y con justificada razón, porque hay un grupo de fotógrafos que han desempeñado su trabajo durante muchísimo tiempo y cada vez quieren adueñarse más de este tema. “Ella decidió cerrar su casa”, acotó.
El alcalde advirtió que los fotógrafos no deben pasarse de “vivos”, pues sabe que obstruyen el paso en lugar. De no llegarse a un arreglo “adiós a los fotógrafos”, advirtió.
Adelantó que el ayuntamiento buscará generar un reglamento para que el turismo se lleve una buena impresión de Guanajuato, de manera que no se sienta ofendido por los fotógrafos o por no poder pasar a los balcones.
Vía El Universal