En México se ordenó a nueve dependencias participar en la aplicación de un “cerco preventivo” de salud contra la hepatitis aguda grave de etiología desconocida, cuyos primeros casos se reportaron en Reino Unido a la Organización Mundial de la Salud, el 5 de abril.
A partir de este 5 de mayo se notificó de la alerta a cuatro mil 909 unidades médicas y hospitales del país, así como las 32 unidades que integran la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública.
La medida se aplicó luego de que este martes se reportaran en América Latina los primeros casos de hepatitis infantil aguda. En Argentina se tiene a un paciente de ocho años, en el Hospital de Niños en la ciudad de Rosario; mientras, en Panamá autoridades de salud mantienen bajo observación a un menor de 24 meses
La estrategia de “blindaje” o vigilancia epidemiológica, según el documento, en primera instancia es coordinada por la Secretaría de Salud, y en colaboración con el ISSSTE e IMSS.
Mientras que para el resguardo de instalaciones, zonas urbanas y habitacionales —en caso de una propagación o de los casos de hepatitis— se solicitó el apoyo del Ejército y la Armada de México.
El Sistema Nacional DIF, Pemex y el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), fueron notificados de la alerta y se mantienen en contacto para una posible intervención.
Hasta ayer en México se carecen de reportes sobre hepatitis aguda grave de etiología desconocida; sin embargo, se estableció la alerta para aplicar un protocolo de contención.
Ante la identificación de un positivo se debe notificar del resumen clínico, a través del formato epidemiológico SUIVE-2, al correo electrónico hepatitis.des@salud.gob.mx.
En la unidad médica, señala el documento, se deben practicar pruebas en suero, plasma, heces, exudado faríngeo, biopsia respiratoria y hepática (si esta disponible) para todos los casos que cumplan con la definición de caso probable.
“En caso de no contar con la técnica en la entidad se deberá enviar la muestra al InDRE, a través de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública”, donde se llevará a cabo la caracterización genética del patógeno.
También, detalla el documento, se debe realizar el rastreo de contactos e investigación de los mismos para determinar asociaciones temporales y geográficas.