Información de La Jornada
Rusia intensificó el martes la ofensiva en Ucrania con el envío de un enorme convoy militar hacia Kiev, un duro bombardeo contra la segunda ciudad de país Járkov, y un asedio contra el puerto de Mariúpol, después de un primer ciclo de negociaciones infructuosas y pese a la multiplicación de las sanciones contra Moscú.
En el sexto día desde que Rusia lanzó la invasión contra su vecino, la ONU estima que más de 660 mil personas han huido de Ucrania. La situación “parece camino a convertirse en la crisis de refugiados más grande de Europa en este siglo”, afirmó la portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
Este martes, las tropas de Moscú bombardeaban el centro de Járkov, una ciudad de 1.4 millones de habitantes no lejos de la frontera con Rusia.
Los socorristas ucranios informaron de al menos 10 muertos en el bombardeo y más de 20 heridos.
Los rescatistas difundieron imágenes de los socorristas sacando a víctimas de los escombros de la sede del gobierno local, bombardeada en la mañana.
La plaza central estaba sembrada de escombros que cayeron tras el bombardeo que hizo estallar todos los cristales de la sede del gobierno y un coche calcinado quedó frente al edificio, constató un fotógrafo de la AFP.
El gobernador regional Oleg Sinegubov informó que los proyectiles están impactando la sede del gobierno local y también acusó al ejército ruso de usar “armas pesadas contra la población civil”.
Las fuerzas rusas se “reagruparon” con vehículos blindados, misiles y artillería para rodear y capturar Kiev, Járkov, Odesa, Jérson y Mariúpol, informó la presidencia de Ucrania.
En Mariúpol, los ataques dejaron sin electricidad a este importante puerto ubicado en el mar de Azov informó el gobernador de la región, que indicó que la localidad vecina de Volnovaja, donde viven 20 mil habitantes, quedó casi “destruida”.
Estas dos ciudades están entre el territorio que controlan los rebeldes separatistas prorrusos del este y la península de Crimea, que fue anexada por Moscú en 2014, y las tropas rusas intentan unir estos dos territorios.
Vía La Jornada